En el transcurso de 200 años se empezó a escribir una historia políticamente diferente para el país, se independizó de los otros países que pertenecían al reino de Guatemala, pero vemos actividad económica desde los inicios de las culturas en el preclásico, clásico y colonial y hasta la actualidad, el comportamiento político financiero y cómo se han ido desarrollando las industrias y a su paso los avances en maquinarias y tecnológicos; podemos dividir la historia por períodos, pero solo avanzamos en el tiempo, los rostros son diferentes, los protagonistas también, pero el status quo de ficticia independencia no existe, ya que, desde sus inicios, hasta nuestros días siempre vemos que la dependencia humana es un gen innegable.
En la actualidad enfrentamos dos grandes momentos significativos para la administración pública y sus recursos, en esta parte vemos que existe un sentir popular compartido ya que, la no aprobación de las propuestas presupuestarias y las protestas propias a los ciudadanos, por las prioridades del gasto público, se alejan de las verdaderas necesidades que demanda la población guatemalteca, y cada vez vemos más casos de corrupción que tiene cooptado al Estado, porque en medio de una pandemia, donde la prioridad es garantizar la vida humana, todas las ejecuciones presupuestarias y destinos financieros están empañados con la buena celebración que debería de ser el bicentenario de la independencia de Guatemala, destinando millones de quetzales a éste fin, aunque cabe mencionar que la tan celebrada independencia, tampoco fue sustentada en la manera más pacífica, pero eso es otra historia; las responsabilidades como ciudadanos de desafiar la pandemia que ha dejado luto en muchos hogares y las secuelas en cifras inconcebibles en el mundo entero, nos llevan a un segundo plano, para tomar esta época como un período de reflexión cultural, histórico y de ahínco para reinventarse con mira hacia el progreso y desarrollo.
Mucho escuchamos decir, los jóvenes son el futuro de Guatemala… sin embargo, qué estamos fomentando en la niñez y adolescencia cuando desde tiempos remotos no se ha podido frenar el problema de violencia desde todas sus aristas, hacia la mujer, la niñez, el anciano, el maltrato al medio ambiente, maltrato animal y así sucesivamente, es de sentarse y reflexionar varios minutos sobre cada problema que sigue vigente y hoy con cifras que asustan. Todos los días aparece en nota roja la desaparición de una niña, una madre, una esposa, un hijo, activan la Alerta Isabel Claudina y Alerta Alba Kenneth, no debemos olvidar tampoco los hechos que dieron vida a estos movimientos de búsqueda inmediata, fueron sucesos que marcaron con sangre hogares guatemaltecos.
Sí bien con la educación virtual o a distancia ha disminuido el número de incidentes por las causas tradicionales, el crimen organizado y delincuentes, van tan avanzados y de la mano con la tecnología y se las ingenian para llegar a sus víctimas por los medios digitales, es por ello que es de suma importancia que al paso que vamos adaptándonos a esta forma de vida, también la educación vaya enfocada a mermar las situaciones delictivas, ampliando el conocimiento de las estrategias que se utilizan para engañar, una persona que tiene conocimiento de algo, difícilmente, será víctima de un acto delictivo, aunque eso tampoco deja exento a nadie.
Son tantos temas en los que debemos enfocar esfuerzos y adaptarnos a esta nueva forma de vida porque, la vida nos cambió, pero siempre o por el momento durante algunos años, vamos a estar inmersos en el status quo de la forma de gobernar, las élites de corrupción, que permiten que los mismos flagelos sigan afectando una y otra vez a Guatemala.
Será este otro 15 de septiembre para seguir escribiendo historia y vaya que el Estado brinda material para hacerlo.
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