Por: Jason Fuentes
Gran parte del plástico generado por la pandemia, como guantes, mascarillas, caretas y envases de productos desinfectantes acabará en vertederos y mares, con un grave costo para el medioambiente en el país.
Se calcula que una mascarilla de uso sanitario de polipropileno termoplástico puede tardar en degradarse unos 400 años, si se encuentra en un entorno propicio para ello.
Este, como otros objetos de equipo de protección personal, cuyo uso ha aumentado en los últimos meses para prevenir el contagio de la pandemia del covid-19, han desencadenado gran cantidad de desechos bioinfecciosos, cuya disposición final debe hacerse de manera responsable, para evitar que la naturaleza y la sociedad se vean afectados.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 30% de los residuos municipales en América Latina y el Caribe se disponen de forma incorrecta.
Sandra López, especialista del Departamento para el Manejo de los Residuos y los Desechos Sólidos, del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), explica que la mayor parte de los equipos de protección personal clasificados como bioinfecciosos, por estar en contacto con el ser humano están compuestos de polipropileno, poliuretano, látex, poliéster, policarbonato, aluminio y otros materiales, derivados de combustible fósil. También hay mascarillas elaboradas con tejidos, algodón y fibra de celulosa.
Estos residuos no solo producen contaminación al medio ambiente tanto en fuentes de agua y tierra, sino que son uno de los agentes dispersores del covid-19, mencionó López.
Si el desecho contiene polipropileno, como la mayoría de las mascarillas de uso médico y recomendadas en el país, su degradación puede llegar hasta los 400 años, mientras que los productos elaborados con materiales como nitrilo o vinilo pueden tardar 30 años en degradarse, por otra parte las hechas con materiales como algodón son las más fáciles en degradarse, aunque no sean recomendadas para contener las bacterias, pero influirá el clima y el entorno bacterias, pH o humedad, entre otros factores.
Según datos del MARN, se estimaba que en Guatemala la generación de residuos y desechos sólidos comunes era de 0.519 kilogramos 1.15 libras por habitante al día y que los desechos sanitarios representaban el 14%.
Hay que tomar en cuenta que el 44% de los hogares de Guatemala incinera la basura y apenas un 20% utiliza los servicios municipales de recolección, según un estudio del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Sociedad, de la Universidad Rafael Landívar presentado en el 2020, por lo que el daño es aún mayor por la contaminación ambiental que se desencadena, cifras que han aumentado para el año en curso, los vertederos clandestinos también forman parte de esta problemática.
Fotografías por: Jason Fuentes y Eswin Garcia
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