EL APRENDIZAJE ES MINORITARIO
Por: Irma López
Todo inició un trece de marzo de 2020 cuando se anuncia el primer caso de Coronavirus en Guatemala, al principio creí que solo era un simple virus, pero la mormureadera de la gente mientras viajaba en el transurbano hacia el colegio, sacando deducciones y generando pánico a todos, se escuchaban diciendo ese virus mata a todo el que le de, es una neumonía, te quedas sin olfato para siempre, no imaginé hasta qué extremo llega la pandemia, todos se volvieron locos acaparando y abarrotando los supermercados, acaparando todos los granos básicos, el país entró en pánico y la rutina a la que estaba acostumbrado todas las mañanas, levartarme temprano, escuchar la voz de mi padre madrugando para empezar sus quehaceres, con el ruido de las gallinas y los gallos con su quiquiriquí, de que ya amaneció, sin ánimo de levantarme pero con ganas de asistir a recibir clases y mandarnos papelitos con las compañeras, de repente cambió todo, al principio sentía bonito no levantarme temprano a bañar con agua fría para que me despertara y quitará el sueño pesado con el que amanecía.
Pasaron los meses y sentía divertido no ir clases ni madrugar, pero era necesario que estudiara para ganar el ciclo escolar, mi sorpresa fue cuando el Ministerio de Educación anunció la nueva modalidad de recibir clases a Distancia, para que nadie supuestamente se contagiara, pues el virus ya estaba en el país.
Muy preocupados porque los educandos no recibieron clases implementaron nuevos programas, sin poder utilizar una computadora, me quedaba en la luna con lo que tenía que hacer, pero la pandemia obligó a mantener el distanciamiento de un metro y medio entre cada persona y con toques de queda y estado de calamidad empecé a desesperarme, no podíamos salir a ningun lugar, me sentía como los que usan trajes rayados en las cárceles que se ven en las películas de antes.
Finalmente se termina el año escolar 2020, e inicia el 2021 con un cambio total para recibir clases a distancia.
Al principio me pareció la idea, lo veía todo bonito, después no me gustó porque me costaba entender todo lo que estaba aprendiendo, el cambio fue tan drástico que quería regresar el tiempo e ir recibir clases con el cántico de los pájaros en verano.
Pero tuve que adaptarme, el problema no es la forma de aprendizaje, el problema es que no aprendo, como diría nuestro compatriota Arjona.
Fuente. Brandon López estudiante de básico.
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