Por: Turqueza Castellanos
Este miércoles recibo una noticia impactante, una hermosa colega que pierde la vida en un fatal accidente de tránsito, una jovencita con muchos sueños, anhelos y por supuesto metas, como las tiene usted mi estimado lector, y como las tengo yo.
Hace falta quitarse el morbo del impacto por tratarse de una figura pública y colocarnos el tacuche de humanidad. El simple hecho de viajar muchos kilómetros de distancia para cumplir con las labores y aportar a nuestro hogar con un trabajo honesto, sí, así es... como cuando salimos de casa todos los días, y no sé si usted lo hace, pero esa oración, que acompaña nuestra salida y nos abraza antes de tomar nuestro camino, esperando que la fuerza de la fe, nos haga regresar a casa sin novedad.
Viendo las notas de duelo, el contexto periodístico y la idiosincrasia cultural, me hace pensar mucho cuando hablamos de periodismo y personajes públicos; y es que es necesario verlo desde diferentes enfoques, para que por naturaleza indeleble tengamos diferentes perspectivas; podemos apreciar que en un público externo, que no está en el medio, aquel que solamente recibe la información, se puede conmocionar y tener empatía, pero también está el público externo que está expuesto a la opinión pública y que se siente vulnerable, por lo que crea cierto sentimiento de rechazo y lo hace ser renuente ante un hecho donde una persona pierde la vida, ojo, la opinión pública puede ser atroz y hostil. En medio del luto hubo comentarios positivos y negativos, sin embargo, perdemos la sensibilidad y es comprensible que algunas personas se mantengan austeras, por el simple hecho de haber estado expuestos a esa opinión popular.
El periodismo es una gran responsabilidad y puede ser bien visto por muchos y menospreciado por otros, pero la realidad del periodista en Guatemala, o el colaborador de medios, no presenta el mejor panorama, porque generalmente cuenta con baja remuneración, sin embargo, muchas veces esa labor se ve compensada con el afecto y el cariño de un sector poblacional, la plataforma profesional que se va formando con los años de experiencia y eso debería bastar, pero la realidad es que muchos de nuestros comunicadores, no todos, pero sí la mayoría deben de tener dos o tres trabajos para apalancar la realidad que vive nuestro país. Leía en redes sociales comentarios como: “sólo porque trabaja en TV le dan cobertura”, “y las personas que mueren todos los días a manos de delincuentes, cuándo” y así sucesivamente, veía con tristeza cómo se utiliza un tema para tergiversar y desenfocar el pesar y dolor que se siente ante la pérdida de una vida humana, por supuesto que como periodistas nos duele cada vida que se acaba, independientemente del motivo, porque tenemos familias, somos seres queridos para alguien y nuestra labor es llevar información hasta cada uno de nuestros lectores. Vivian Vásquez, una presentadora guatemalteca de un importante medio del país, no es la excepción, nadie ve el esfuerzo que se hace para llegar. Hoy como parte del gremio, comparto el dolor de una familia que perdió una hija, una esposa, una hermana, una amiga y una compañera de trabajo, esto nos enseña a ver con humildad la vida, pues nadie la tiene comprada. Descanse en paz Vivi Vásquez.
Comments