Por: Turqueza Castellanos
Cada vez es más frecuente el maltrato a los animales, pese a que ya existen leyes que sancionan a los que originan el maltrato, sin embargo, eso no es suficiente; y a menudo podemos ver animalitos de todas las especies siendo agredidos, violentados y lo general y común, puestos en cautiverio en condiciones que no son justas para ningún ser viviente, entre las acciones más comunes podemos encontrar peleas, abandonos y palizas, éste último ha despertado el morbo popular y con el uso de las redes sociales, aunque hay muchas personas que se indignan y manifiestan su descontento con reacciones, no son acciones que frene la crueldad en contra de los animales y hay personas que disfrutan hacer daño a los animales y grabarse haciendo esos actos de crueldad.
Existen dos tipos de crueldad animal, el maltrato directo, que consta de la falta intencional en proporcionar los cuidados básicos, la tortura, la mutilación o el asesinato de un animal, y el maltrato indirecto. Este abuso innecesario se ha convertido en un problema social de gran dimensión.
Hay gente que, llamándose amante de los animales, tiene como deporte la caza y, en ocasiones, son capaces de sacrificar a sus perros cuando ya no les son de utilidad. Se llega al punto de entrenar a los perros para participar en peleas a muerte entre ellos mismos para su (dudoso) disfrute y ganancias económicas personales. Para nuestra vergüenza, Guatemala es uno de los países que la mayoría de personas son apáticas en este tema, y entre los países latinos es uno con mayor porcentaje de abandonos de mascotas. Cada año, más de 100.000 animales de compañía son expulsados de sus hogares.
La prohibición del comercio de animales, la concienciación a los dueños de mascotas y una educación en estos valores en los colegios, serían una buena solución para acabar con esta lacra. “La cultura de un pueblo se mide por el modo de tratar a los animales” (Gandhi).— Guillem Molina Céspedes.
El maltrato animal es un tema de mucha controversia ya que en ocasiones los humanos podemos ser muy insensibles. Mucha gente piensa que las personas que defienden a los animales son demasiado sentimentales, y por lo tanto sienten la necesidad de cuidarlos.
La defensa de los animales se basa en un principio de tolerancia y respeto hacia la vida tanto humana como la de otros seres vivos, porque es como condenar a un ser viviente solo porque nació siendo de una especie diferente.
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