NO HAY NADA QUE CELEBRAR, PARTE 2

Por: Isabel Pacheco

Hace un poco más de una semana se celebró la Independencia de Guatemala, ¿pero alguien se acuerda de eso? Ya todos lo olvidaron. ¿Por qué pensamos que Guatemala es sólo el 15 de septiembre? Cuando Guatemala son los niños que venden chicles en la calle, son las personas que viven bajo los puentes, son los pedazos de escuelas donde se dan clases, son las personas que mueren por desnutrición, es la desigualdad marcada por barrios y territorios, es la contaminación del lago de Amatitlán, son las 40 niñas asesinadas, Guatemala no es sólo el 15 de septiembre con una Independencia clasista. Guatemala es genocidio, corrupción, desempleo, pobreza, insalubridad, feminicidio, un narcoestado. Pero claro, también Guatemala son los símbolos que nos representan, Guatemala también son los atolitos y tostadas que comemos en la calle, son los colores del cielo y los paches de los jueves, las visitas a Antigua y a Chichicastenango, el himno y la monja blanca y todo esto a pesar de lo difícil que ha sido mantener un país tercermundista, porque si Guatemala realmente fuera independiente, seríamos tan desarrollados como quienes en su momento conquistaron estas tierras y asaltaron despojando a sus antepasados, ¿esa es tu Guate, la del 15 de septiembre? La mía es la de todos los días, bajo la lluvia, caminando, con hambre y sin dinero en los bolsillos. Porque una semana después ¿quién se recuerda del azul y blanco? En los partidos de fútbol, quizás. Una semana después ¿quién está orgulloso de ser guatemalteco? ¿Dónde dejaron la marimba, las fotos de perfil con la bandera, las antorchas y los desfiles, que sólo memoria de ellos quedó? Una semana después, el “Orgulloso de ser chapín” se olvidó, por lo tanto si no van a celebrar a diario el sentirse orgulloso de ser guatemalteco, no hay nada que celebrar, porque recuerden que Guatemala la llevamos todos los días en la sangre, no sólo hace una semana.